jueves, 4 de abril de 2013

La Juventud se hace humo...



Ya van tres veces... y siento que algo puede pasar.

Estaba llegando a mi casa y me extrañó ver a varios jóvenes en bicicleta, así como hay grupos de jóvenes que andan en motocicletas, estos jóvenes ciclistas se reunían en una esquina poco transitada, varios llevaban gorros y el rostro no se les veía, o es que no se los quería ver. Doy vuelta a la esquina, camino con confianza y me dirijo hacia la tienda más cercana dando la impresión de que ese será mi destino, pura estrategia.
El camión canta, no sé si de alegría o de tristeza, al recoger los residuos sólidos, creo que de alegría, pues suena: saca tu basura, paga tus arbitrios... la la la

Y así tres veces

La siguiente vez no trajeron sus bicicletas, ahora no eran ciclistas, solo caminantes, y la gente teme que se conviertan en velocistas.

Los alcancé a ver a la distancia, por eso al acercarme al carrito sanguchero que se encuentra antes de llegar a la esquina miré hacia dentro de la casa iluminada y con puerta abierta, buscando la mirada ausente de alguien que no conozco, por pura curiosidad, volteo la esquina antes de que me den vuelta.

Y así tres veces

Pero solo tengo recuerdo de dos.
Es suficiente para mí ver tres eventos similares para sacar algunas conclusiones.
Que el deporte no es el móvil para concentrarse en aquella vacía esquina, e aquella calle medio oscura.
Que el humo blanco que sale por sus chimeneas, o que ellos prefieren no exhalar, no indica que alguno de ellos se convirtió en santo o en papa o en otra cosa.
Que el serenazgo no pasa por esas calles, donde a pocas cuadras se puede conocer a una banda, y no de música.
Que la población no está organizada para hacer frente a esta propuesta ciclofumística.
Que según ciertos comentarios, las personas de aquel edificio de la esquina deben estar más relajadas, riendo sin razón, con sed y luego con la bajada.

Ahora volemos un poco:
Me acerco a la Municipalidad, a la gerencia de seguridad ciudadana, logro ver al Subgerente, encargado de la vigilancia y patrullaje de los serenos por el distrito. Buenos días –le digo. ¿Cómo esta joven?- me responde, yo bien, bueno, un tanto preocupado por lo siguiente, yo vivo cerca y estos últimos días (quise decirle “semanas” para agravar la situación, pero tampoco quise crear una historia ficticia) veo a jóvenes que se concentran en la esquina y arman sus cigarros de marihuana (hubieran visto la cara del subgerente >.<), ¿y por dónde vives?- me dice, en Zarumilla- le respondo, a ya, esa zona es peligrosa, no salga ni pases tan tarde por ahí- me dijo, te pueden robar, hemos puesto un agente canino en la cuadra 5, hacia el frente.

¿Y la municipalidad no tiene estrategias para prevenir que los jóvenes caigan en las drogas?, se lo dije con cierto énfasis, me estaba achorando.
Por supuesto- me dijo, por poco y me saca un libro, pero me comentó que se hizo una labor con jóvenes, denominada “Habla Choche” y se trabajó con jóvenes en riesgo... bla bla bla.
Ahora buscaremos el eslabón perdido.

En los programas de municipios, el eslabón perdido es el elemento más interesante, es decir, el vínculo que une a la comunidad con el municipio, o las estrategias para lograrlo.
¿Se logran los objetivos de los programas?, ¿se alcanzan las metas de beneficiarios? , ¡Quién sabe!
¿Estos programas deben incidir en la reducción de los  índices de delincuencia, drogadicción o pandillaje para decir que son exitosos o es una utopía? O los servicios públicos han sido rebasados por la población limeña y la población residente que viene de provincias diferentes a Lima. Es acaso la ciudad la que ha sido rebasada, y enfrenta ahora la entrega de servicios  de salud, limpieza, seguridad entre otros, con la logística que se usaba hace 20 años, y no me refiero a la tecnología, si no al alcance o al número de habitantes beneficiados.

Volvemos a los ciclistas

La próxima vez que me acerque a aquella esquina, estaré consciente de que pueden estar aquellos jóvenes, con o sin sus bicicletas, o de repente no son suyas, son prestadas.
Esta historia recién empieza...
¿Sabes de algún programa municipal en tu distrito que trabaje con jóvenes en riesgo?
¡Coméntalo!






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